Blablabla!
La verdad, me importa un bledo, ni me interesa lo que piensa o lo que habla la gente de mi o de otras personas. Me importa únicamente mi círculo de gente. Lo aprendí y lo quiero cuidar al máximo de mis posibilidades y para esto necesito tiempo, mucho tiempo que no quiero perder por dejarme ir por las “ramas”.
Como mínimo espero que las personas “cotillones” se diviertan y que les robo alguna sonrisa. Esto sí que vale la pena. Misión cumplida!
Me encantaría pensar que mis acciones son coherentes a quien soy y quien yo quiero ser. Ya se que no siempre es así, pero lo intento. Hacerles reír porque piensan que soy idiota, me parece genial!
Me encantaría pensar que mis acciones son coherentes a quien soy y quien yo quiero ser. Ya se que no siempre es así, pero lo intento. Hacerles reír porque piensan que soy idiota, me parece genial!
Pero cuando utilizan el cotilleo con la intención de dañar el corazón de mis queridos…y esto quiere decir, “inventar cuentos”, en primer instante se me afilan los dientes y me convierto en Tigre! Nada de peluche!
Los “cotillones” (o mejor dicho “Cotilleones”), casi siempre encuentran algún “estúpido” que se lo cree todo, porque quiere y porque nunca cuestiona nada. Son estos que ves caminando por la calle con una gran antena puesta en la cabeza y que las orejas parecen satélites! Hay un montón, no te hagas ilusiones! Así empieza la rueda, que vete a saber por donde va a parar… No se como lo hacen, como funciona y como encuentran el tiempo para hacer el cotillón. Soy la única que trabaja o que? Lo que sí que he detectado es a los “jefes cotillones”. Excepcional herramienta de comunicación por si quieres difundir una noticia… Quizás incluso así, la rueda provocó la crisis en la que todo el mundo piensa que estamos… Condicionante brutal para la creatividad y el libre pensamiento.
Menos mal que se que cuando la rueda para en nuestra casa, (porque siempre te llegará), que mi gente es resistente y sabe cuestionar bien las cosas, tiene criterio propio. Nunca deja que las palabras traspasen y claven su corazón, como un cuchillo o una bala. Esto es por Conocimiento, tanto que no les quepa ninguna duda nunca. Como máximo puede pasar que pregunten, mas bien por curiosidad, no por cuestionar.
Sí, realmente prefiero ser idiota y no enterarme de nada, porqué como dice Sigmund Freud: “Existen dos maneras de ser feliz en esta vida, una es hacerse el idiota y la otra serlo.” Y sabes que? Me lo creo! Lo dejemos en el medio, si lo soy o no. Venga, a cotillear sobre esto… (Hazme saber la conclusión final!)
Anneke van de Wal
Anneke van de Wal