29 enero, 2013

“Quien es esta señora, cariño?”



Pregunta la vecina de abajo de la quinta, a su hija de siete añitos:¿Quien es esta señora ? (Entrando por la puerta de la sexta)

La señora responde: “Soy una amiga”, y recibe a la vez una expresión incrédula de; “Quieres decir…?”
Otra vez responde la señora (tomando iniciativa…): ”Me encanta que me digas “señora, esto probablemente quiere decir que soy mayor que tu?”.

La vecina responde: “Pues no se cuantos años tendrás, venga cariño (dice a su hija), nos vamos!”. (La hija mirando a la Señora con ojos como platos, ya que la señora era tan alta como una jirafa y tenía cara de queso, quiero decir: “ cara "nórdica”…!)


Así es como se puede empezar una historia de amistad, gracias a la mente abierta que tienen la mayoría de las personas, (cuando quieren), y no creer las primeras percepciones que puedes llegar a tener de alguien a primera vista.
Cuestionar un poco tus propias creencias y valorar si vale la pena tenerlas ¿o no? O incluso mirar objetivamente si te "limitan" de alguna manera. O simplemente dejar una oportunidad a las circunstancias que se presentan a tu puerta, literalmente hablando en este caso.

La señora, (con más años, claro), alta como una jirafa y cara de queso…, soy yo. La vecina, no tan alta como la jirafa, (ni mucho menos), y su hija, de verdad son las vecinas de abajo de la planta 5.

La puerta de la sexta planta es real, y os digo, el timbre se escuchaba como sonaba…y así, también os digo, una amistad tomaba su camino, inesperadamente... Esto, chicas de la quinta,  es para vosotras. Prometo escribir con vuestra tinta! 
Mil gracias! Estupenda sorpresa!

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